viernes, 3 de abril de 2009

Cerebro Podrido - 1a crónica muerta.

Hairo: Siempre ah sido mi casi obsesiva manía, la razón por la que estudié un poco de magia; por la que eh echado una mirada en teorías alternas y bastante bizzarras. Comprenderlo todo, entender la raíz de este mundo, hallar aquel principio que mueve todo.

Y eh encontrado teorías muy lindas, pero todas me hablan sobre fuerzas del bien, sobre energías positivas, sobre el creador y demás cosas así. Todo eso esta muy bien, y se siente cierto en muchos niveles. Pero nadie me ah llegado a saciar, una duda que me sigue carcomiendo.

¿cuál es el origen de la oscuridad? ¿por qué la noche es necesaria? ¿cuál es el papel de la muerte y la decadencia en todo esto? no creo que sean del todo errores o debilidades, creo que también tienen un papel aquí.

Y así surgió esta manía al escribir, este afán, de narrar el punto de vista de la oscuridad; de narrar su historia, su vida, sus origenes y su pensamiento. ¿por qué Drácula adoraba empalar gente? ¿que piensa el hombre lobo cuando se transforma? ¿porque el villano quiere dominar el mundo?; o como en el caso de este, el primero de estos cuentos que llamo "crónicas muertas" ... ¿a que le sabe a un zombie; su primer bocado de carne humana?.

Espero que disfruten este cuento corto, tenía otros planes para él, pero creo que ustedes también lo disfrutarán. Preparense para dar una rápida zambullida, en la mente de uno de los más famosos y destructivos caníbales de la ficción; y, desde luego buen provecho.


Cerebro Podrido.


Corrí lo más rápido que pude para acá; pues no tengo idea de cuanto tiempo tome esto. Mi sangre esta manchando todo el papel mientras escribo, ¡dios!, duele como el mismo infierno…
¿Por qué vine corriendo hacía mi escritorio; en vez de intentar ir a un hospital, o mínimo pedir ayuda? Hay dos sencillas razones; la primera es porque eh visto suficientes veces este caso, para saber que ya estoy completamente jodido (no hay otra expresión). La segunda, porque soy un reportero; puedo ver lo que va a pasar con esto; y quiero ser yo, el primero, y probablemente el único; que narre desde la primera fila, este evento que sé, cambiará a la humanidad para siempre…

Tengo que dejarte un momento, ya siento que mis entrañas se deshacen, y me voy a desmayar. Pueden insertar si quieren aquí un montón de garabatos ilegibles, y muchos gritos.





Bien, eso no fue tan doloroso como la mordida en sí. Creí ver un túnel de luz y a un viejo barbón por un momento, también creo que estaba mi abuela. Si les soy sincero, me habría gustado ir con ella, pero una sensación me jaló de vuelta hacía acá.

La misma sensación que acaba de hacer que me coma a “pelusa” el gato que había querido y cuidado por toda mi vida.

Esta incontenible hambre.

Por un momento me perdí a mi mismo; en cuanto desperté del transe, sólo estaba esa sensación de dolor en el estomago; de estar muriendo y de que la única forma de evitarlo, es comiendo algo, lo más pronto posible. Aún yo, que siempre me eh considerado una persona sumamente racional y calculadora, que no se deja cegar por emociones o instintos, no pensé ni un minuto y devoré al pobre y querido señor pelusa. Es una suerte tener vidriosos y secos los ojos, o probablemente si empezaría a llorar; lo cual no sería justo para Pelusa.

Saciado el primer impulso de comer; mi mente vuelve a la normalidad. Mi teoría parece cierta; con algunas drogas, que usualmente causarían daño cerebral irreparable, puedo evitar (o al menos retrasar) la putrefacción de mi cerebro y, por lo tanto, hilar ideas coherentemente. Soy un zombie listo, debo estar orgulloso.

Por la ventana veo multitudes avanzando. Algunas, las que tienen mi misma condición actual, van lentamente, tras otras, sanas; que corren y gritan. Tomó tanto mi cámara como esta libreta; como dije, quiero hacer la crónica de todo esto desde la primera fila, así que salgo corriendo a la calle, a unirme con mis hermanos.





Ya han pasado algunas horas, justamente ahora estamos frente a las puertas de un centro comercial, donde se han refugiado algunas personas sanas. Lamento no haber sido muy descriptivo con todo lo que pasó para que llegáramos hasta aquí; pero el furor en las calles hizo que mi hambre regresara rápidamente, y me perdí a mi mismo entre los mordiscos. Aunque hay que decirlo, la gente de este pueblo es estúpida, tan sólo ven a uno de nosotros, y empiezan a correr y gritar en círculos; con lo que puedes tomarte todo el tiempo del mundo para atraparlos y comer a gusto, aún aquellos que están muy podridos y se mueven muy lentamente, han podido saciarse a gusto. Yo ya apesto, empiezo a pensar que no sería mala idea intentar la momificación.

No hace mucho que todos comimos, pero ya todos tenemos hambre de nuevo. Ya intenté volver a comer comida normal para saciarla, incluyendo carne cruda recién salida del refrigerador; pero simplemente no es lo mismo. Sé que ahora mismo, hasta el más exquisito manjar, sabría a ceniza y tierra. Los muertos no pueden comer comida de vivos; ya no la disfrutan, ya están en el infierno; así que mejor se comen a los vivos. Porque sí, algo tiene la carne viva y que aún se retuerce, que es lo único que alivia momentáneamente nuestras tóxicas y disueltas barrigas.

Oh si, ya eh tenido la oportunidad de comer carne humana esta tarde. Fue algo completamente diferente a la rasposa, y difícil y molesta de desgarrar, carne de gato que tuvo que ser mi primer bocado. Suave, terza, casi dulce a pesar de no tener papilas gustativas; como llevar la intensidad de un beso, al nivel máximo, arrancándole el labio. Esa sensación de suavidad en la boca; aún después de muerto, es insuperable. Empiezo a desarrollar una manía por las mujeres jóvenes, y por arrancar pezones con un mordisco.

¡Maldición! ¿Cuánto más van a tardar en abrir ese centro comercial?





No lo vas a creer.
Finalmente, logramos abrirnos paso a través del centro comercial. Todo lo que quedaba de aquel pueblo, estaba frente a nosotros. Pronto nuestra revolución triunfaría, el hambre se saciaría por unos minutos, una vez más.
Hasta que la cabeza de uno de nuestros compañeros fue volada en pedazos.

Siempre hay uno de ellos, ¿no es cierto? Un tipo con una escopeta, dispuesto a destruirnos a todos, y salvar el mundo.

Mis compañeros fueron cayendo, uno por uno; ante el rifle del supuesto héroe, mientras hacía que el resto de los sanos se ocultaran dentro de algún refugio.

Y allí fue cuando la vi.

Ella, que siempre había sido mi amor de la infancia, y razón de múltiples desvelos. No la había visto en años; y de repente se me presentaba allí; entre los sobrevivientes, aún viva y horrorizada. Sus ojos se fijaron en mí un momento; ¿me reconocería? ¿Se daría cuenta de que aún estaba conciente?. Me hice rápidamente hacía adelante; la estaba perdiendo de vista, ella huía hacía las refugios, protegida por la escopeta del tipo desconocido. Pero el impulso que tuve en ese momento; fue aún mayor que todos los múltiples y bizarros impulsos que eh tenido este día, tenía que verla más de cerca; quería seguir mirándola.

Me costó caro ese impulso; en el momento en que acabé en la mira de nuestro héroe, y salí volando hacía atrás.

Me sentí muy extraño cuando intenté levantarme. Me sentía aún más hueco que de costumbre. No pude contener un grito, cuando miré un enorme agujero en todo mi pecho y parte de mi estomago; con mis entrañas y verdosa sangre fluyendo a través de este. Por primera vez, me habría gustado tener el cerebro podrido como el resto de los míos, para no tener la conciencia de ver mi cuerpo en ese estado, para no tener que soportar esa agonía, ese vacío. Para haber muerto con ese tiro.

Pero quedó claro, desde el momento en que empecé a escribir esto, que estaba dispuesto a esos sacrificios.

Escribo todo esto; mientras el resto de mis compañeros se lanzan inútilmente contra la puerta que lleva a los refugiados. Ya hemos devorado cualquier sobreviviente que estuviera fuera del refugio, y la única comida en el área estaba encerrada allí.

Igualmente esta mi amor de la infancia. Su sola idea me obsesionaba más y más, mientras pensaba en su tersa y blanca piel, su bien formado cuerpo, su dulce expresión horrorizada. No sabía si la amaba, o si se me antojaba más que otra cosa.

Necesitábamos un plan, así que la victoria de toda la operación, dependía del único elemento que aún podía pensar.

Yo.





Mi gran plan resulto ser bastante simple. Abrí los ductos de la ventilación, y empecé a arrastrarme por estos, siendo seguido instintivamente por varios de mis colegas.

Localizar el cuarto con refugiados, resultó algo bastante simple. Lo que me sorprendió más, fue lo que tenía lugar allí dentro.

El supuesto héroe, golpeando con su rifle la mujer que tanto había atrapado mi atención antes, gritando a ancianos y mujeres encerrados en el cuarto. Muchos lloraban hechos un ovillo, presas de la desesperación. Evidentemente, su protector, el único que tenía y sabía manejar un arma; había quedado rápidamente desquiciado por la situación y la responsabilidad.

Fue tan satisfactorio, que en el preciso instante en que se disponía a golpearla de nuevo, mis dientes le arrancaran el dedo; y mis compañeros no pudieran aguantar más el hambre; y entraran por todos lados.

Pero no dejé a nadie tocar a mi presa; usando la escopeta del devorado héroe; no deje a absolutamente nadie, tocar a aquella chica; que me miraba horrorizada y extrañada, sin siquiera reconocerme.





Ese fue el primer pueblo que cayó ante nosotros. Hace ya 4 meses. 4 meses en los que eh tenido que soportar la misma situación de masacre una y otra vez. Llegó un punto en el que ya no valía la pena reportarla, ni escribirla. Este supremo cambio de la humanidad, se esta volviendo tedioso.

Se nos han unido grupos de muchos otros pueblos, de todo el mundo. Parece que ya no queda nada que comer. Inclusive eh llegado a encontrar a otros como yo. Estos extraños casos, en los que el cerebro parece jamás pudrirse, y no te deja perderte ni un detalle. Todos tenemos una cosa en común; queríamos ver como era; y ahora no tenemos salida.

Sin embargo, aunque siempre eh podido pensar, Sólo en estas situaciones, cuando estoy con ella; es cuando me siento humano, cuando siento que pienso con claridad. Ella ya esta desecha y un poco mordisqueada (era inevitable) pero eh sabido protegerla de la enfermedad y de la muerte. Es mi mujer, es mi premio por haber sido más héroe que aquel que intentó destruirnos. Es lo único que salvé de mi humanidad. Por eso siempre la escondo, cuando empiezo a comer.

Pero pronto no quedará nada, puedo sentirlo, algunos inclusive ya se han dado mordiscos entre sí por la desesperación (aunque esto no sirvió de nada, sabemos horrible). Ya hemos limpiado este mundo; ¿Qué hace la plaga una vez que gana? ¿Qué hace la plaga una vez que ah destruido todo? Estamos condenados a vagar en este mundo que transformamos en un mundo de muerte. No hay forma de hacer una nueva sociedad de muertos vivientes o algo así; lo muerto, muerto está, y no se puede cambiar nunca. Es el único estado eterno y absoluto. Eh presenciado no un cambio en la humanidad que es lo que esperaba; eh presenciado el infierno y el Apocalipsis en primera fila. Y al ser parte de las mismas llamas; me ah sido grata pero desconcertante la experiencia.

La gran pregunta es, y ahora, ¿Qué será de nosotros?

¿Qué más, podremos comer?

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